Se puede descubrir el Berguedà de muchas formas pero, sin duda, la mejor forma de penetrar en la intimidad de sus paisajes es hacerlo a pie. Los antiguos caminos tradicionales, la mayoría de origen medieval, invitan al caminante a realizar un viaje en el tiempo; un viaje pausado, tranquilo, un viaje para evocar, por ejemplo, el exilio cátaro de los “buenos hombres”. Los caminos de herradura todavía recuerdan el paso orgulloso del caballero y trovador Guillem de Berguedà, o las idas silenciosas de Ramon Vila, el maquis conocido como Caracremada, o el paso ligero de los segadores que cruzaban el imponente Cadí por el paso de los Gosolans. A pie se puede recuperar el tempo de las cosas, los ritmos de la naturaleza.


Además de caminos y empresas especializadas en guía, el Berguedà cuenta con una gran red de itinerarios señalizados.
Esta red de caminos históricos cuenta con cerca de 2000 km. que unen a los diversos pueblos del Berguedà. La red está señalizada de color amarillo. Pero ¡cuidado! Antes de aventurarse pida información actualizada en las oficinas de turismo porque algunos pequeños tramos de la red todavía no están perfectamente acondicionados o señalizados.